En París se encuentran los restos mortales de Porfirio Díaz Mori, exactamente en el Panteón de Montparnasse.El dictador murió auto-exiliado en Francia.
En 1915, Díaz Mori partió de nuestro País en el barco Ypiranga, al cuál antes de abordar y despidiéndose por última vez de la tierra que lo vio nacer dijo, "Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos".
Lo anterior puede constituir el colofón de una larga trayectoria de casi 30 años en el poder, el final de una intención casi enfermiza de mantenerse al frente de una Nación que no lo quería, pero que tenía que soportarlo dado el apoyo casi incondicional que le proporcionaba su vecino del norte.
En varias ocasiones se ha intentado repatriar sus restos a México sin éxito, en ese proceso ha intervenido (unas veces en pro y otras en contra), el conocido historiador mexicano, José Manuel Villalpando, quien en 1998 fue promotor de esa idea y 12 años más tarde, se convirtió en uno de sus principales opositores.
En el periódico MILENIO de 11 de febrero de 2008, se publicó una entrevista con quien fungiera como miembro del "Patronato para la Cultura y las Artes de Oaxaca, Asociación Civil", y "Director General de Promoción y Divulgación de la Comisión Organizadora del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución", o sea con alguien que sabe de lo que habla, de esa entrevista se desprenden los siguientes comentarios:
"Don Porfirio es una figura que no despierta grandes odios, porque casi nadie habla del dictador. Creo que el rechazo de repatriar sus restos es un asunto relacionado con las posiciones de las élites políticas que disputan posiciones, pensando en la historia como una herramienta de combate". dice el experto.
En opinión de Villalpando, quien hace 12 años colaboró en el
intento de repatriar los restos del general, no es el mejor momento
de poner el tema sobre la mesa.
Dice que es de sabios cambiar de opinión, "así que yo los dejaba
donde están", repatriarlos ahora, "...sería lo más imprudente si lo
que se desea es conmemorar la Revolución, pues él fue el causante
de este movimiento de lucha armada y un gran opositor de la
democracia".
Con estos elementos es fácil concluir que la figura de Díaz Mori
constituye aún ahora, un botín político que a varios interesaría
explotar. El riesgo (para ciertos intereses extranjeros) es que en ese
intento por extraer de sus huesos alguna ganancia política, se
descubran las grandes traiciones, los movimientos inconfesables de
extranjeros que aún hoy día se mantienen vigentes, tal vez con
otros nombres y bajo otras caretas, pero siempre tras el mismo
objetivo; La explotación de los mexicanos, el dinero y el poder.
Al principio de esta entrega señalé que Porfirio Díaz Mori contaba
con apoyo "casi" sin restricción de parte del gobierno
norteamericano, sin embargo ese apoyo tenía un límite, que al igual
que en nuestros días, puede perderse o recuperarse según sean los
intereses en juego.
Solo basta recordar la tragedia que se suscitó en Orizaba, Veracruz
hacia finales de 1908, donde existían a principios del siglo pasado
92 fábricas de hilados y tejidos y que contribuían con el ERARIO
con algo más de dos millones y medio de pesos anualmente.(1)
De acuerdo con los datos recabados por Carlo de Fornaro en su libro
"Díaz Zar de México", señala: "Los propietarios
consideraron excesivas las contribuciones, y resolvieron provocar
una huelga, para estar en aptitud bien de cerrar sus fábricas e
imponer la Ley a los obreros o bien aguijonear a los obreros de
modo que, desesperados, provocasen una revolución que trajese un
nuevo orden de cosas".(2)
Lo que sigue es fácil de concluir, a petición de los dueños de las
textileras, Díaz ordenó la represión al "movimiento" obrero
(cayendo en el garlito sin sospechar siquiera cuales eran las
verdaderas intenciones de los dueños de esas fábricas) ) y sin
mediar palabra envió al General Rosalino Martínez quien se
desempeñaba como Subsecretario de Guerra junto con el Coronel
U. Ruíz, a "tranquilizar la zona".(5)
Dice De Fornaro, que si bien ya todo estaba en calma dado que los
obreros no habían iniciado de "motu proprio" las protestas, los
soldados federales abrieron fuego contra hombres y mujeres sin
distinción cuando unas y otros estaban haciendo fila para ingresar
en sus respectivos centros de trabajo. Lo anterior provocó la muerte
de centenares de personas y al decir del periodista nacionalizado
norteamericano, " El ruido fue espantoso, el tumulto indescriptible,
el clamor de desesperación de los heridos es superior a toda pluma
y a toda palabra humana; Aquéllo fue un verdadero pandemónium"
A tal grado llegó la ceguera de los hombres de Díaz Mori, que una
vez concluida la carnicería frente a las fábricas, los soldados
recibieron la orden de trasladarse a las mismas viviendas de los
trabajadores, donde remataban a los heridos que habían huido de la
escena de la matanza.
Sin embargo, ahí no terminó todo, sino que a quienes pretendían
huir hacia el monte se les trató de seguir, dando a los "rurales"
(policía selecta del régimen formada básicamente por ladrones y
asesinos sacados de las cárceles), la orden se alcanzarlos y
ejecutarlos.
Lo curioso es que en esa ocasión, dichos policías se negaron a
cumplir la orden, por lo que fueron pasados por las armas ellos
también.
Tanto De Fornaro como Turner, (3) coinciden que el número de
muertos, fue superior a los 650 y que los cadáveres fueron apilados
en furgones de ferrocarril para ser echados al mar cerca de
Veracruz.
Termina De Fornaro esta descripción diciendo en su libro "Aquello
fue la saturnal insensata del cuchillo, la libidinosa rabia de un
déspota impotente, cobarde, viejo y sádico". (4).
Puedo concluir que los intereses malsanos de algunos empresarios
norteamericanos, sumados a la imposición de un gobernante
déspota en el poder, (quien a sus más de 80 años ya no era capaz de
diferenciar entre un enemigo y otro) y la inconmensurable avaricia
de obtener más y más ganancias cada día, provocaron esta masacre.
¿Debe México esperar que esto suceda de nuevo antes de tomar las
riendas de su destino y expulsar definitivamente a quienes de forma
dolosa, aún aprovechan sus fuentes de riqueza con el único fin de
aumentar sus ganancias y explotar a su gente?.
Jarr.
(1) Para tener una perspectiva del valor del dinero en aquél entonces,
simplemente considérese que el costo para la construcción del
monumento de la victoria alada, mejor conocida como el "Ángel de
la Independencia", ascendió a poco más de $ 2,300.000.00.
(2)Ver pag. 112 y siguientes, "Díaz, Zar de México".
(3) John Kenneth Turner, "México Bárbaro". Ed. Gernika.
(4) Ver pag. 119. op. cit.
(5) Más adelante comentaremos sobre la "estrategia" norteamericana operada desde los años sesenta denominada "LITEMPO", con la cuál se ha intervenido sistemáticamente en nuestro País.
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