La Revolución Mexicana de 1910 encontró al País en una situación poco homogénea, pese a lo que pudiera pensarse, México era ( y lo sigue siendo) un mosaico con muy diversas formas y estilos en su haber.
Cada región soportaba diferentes cargas o injusticias, de acuerdo a su historia y desempeño económico, así, podemos señalar que la idea de una lucha armada, no surtió los mismos efectos en todo el territorio nacional, ya que Estados como Michoacán, Aguascalientes, Tabasco, Campeche, Chiapas o el mismo Estado de México, jamás sintieron la necesidad de ideas libertarias como las que surgieron en otras Entidades tales como Chihuahua, Coahuila, Morelos, Zacatecas o Sonora, Yucatán o Oaxaca, por mencionar algunas.
Lo anterior es muy interesante ya que nos permite observar cuan diferentes fueron las razones que llevaron a los habitantes de unos y otros Estados a empuñar las armas contra el Gobierno de Díaz Mori.
En Coahuila, Madero estableció un liderazgo indiscutible dados las antecedentes que le precedían ya que era sabido en su entorno que en las propiedades de la familia Madero se facilitaba a los empleados el acceso a un médico de manera regular y sin costo para el enfermo. Además, ya se había corrido la voz sobre el trato que ahí recibía el trabajador, recibiendo más sueldo que en el resto de las haciendas del norte; Por otra parte y de manera obligada, las trabajadores debían enviar a sus hijos a las escuelas que para tal efecto abrió la familia Madero en todas sus propiedades.
Por si eso fuera poco, Madero logró introducir el sus negocios nuevos métodos más productivos, lo que aumentó sus ingresos de manera significativa en el corto plazo.
NOTA: Lo anterior hace recordar a las empresas del empresario de Aguascalientes, J.M. Romo, quien logró un gran despegue de sus industrias en épocas de José López Portillo, allá por los años ochentas del siglo pasado.
Era Coahuila la máxima entidad que representaba al maderismo en México, ya que aparte de lo ya señalado, los jefes revolucionarios de ese Estado lograron abastecer a sus tropas con armas y municiones que podían conseguir con cierta facilidad en el sur de los E.E.U.U., lo que facilitaba, por así decirlo, la labor armada.
Como señala Katz en su obra "La Guerra Secreta en México", "...las profundas diferencias que había entre sus dirigentes y su diversa composición social se hicieron cada día más evidentes. El movimiento estaba firmemente controlado por la vieja oposición terrateniente, cuya principal ambición, la de alcanzar el poder a nivel nacional, estaba a punto de cumplirse." Ver. op. pag. 56.
No era precisamente el cambio social que buscaba el maderismo, simplemente buscaba el cambio político sin tocar siquiera el aparato administrativo que había impuesto Díaz Mori.
Lo anterior fue evidente al permitir Madero que siguiera funcionando el ejercito regular sin mayores cambios y proponiendo licenciar a los militares revolucionarios.Además, al establecer su gabinete, Madero permitió que varios personajes siniestros del antiguo orden político, conservaran no solo sus privilegios sino también su puesto.
La composición del grupo maderista estaba formado en esencia por familiares, hacendados bien establecidos, gente de clase media y especialmente por campesinos despojados de sus tierras y empleados de las haciendas, pero todos ellos con un signo inequívoco que les identificaba, todos eran fieles a sus empleadores y creyentes absolutos de sus proclamas políticas.
En Sonora las cosas variaban un poco, ya que si bien la base era parecida a lo que sucedía en Coahuila, los hacendados de esta Entidad se limitaban a ambicionar el poder local, esto es, manejar su Estado de manera autónoma y sin presiones del centro.
Don José María Maytorena, podía señalarse como una de las diferencias básicas entre revolucionarios de uno y otro Estado, ya que como defensor de los indios Yaquis, Maytorena se opuso en más de una ocasión a las fuerzas federales, incluso a costa de su propia libertad.
Esta situación que podría calificarse como coyuntural, pero que a la larga determinó una gran diferencia en lo que los hacendados de los dos Estados norteños persiguieron al final de la contienda, lo que podríamos llamar "la lucha por la dignidad del pueblo Yaqui."
Como afirma Katz, esa actitud le valió en lo personal, el apoyo del pueblo Yaqui en el desarrollo de la contienda, cuestión que ni por asomo se dio con los hacendados de Coahuila.
En Zacatecas la situación variaba de manera radical, ya que los potentados de aquélla zona tenían como principal ramo de explotación, básicamente la cuestión minera y aunque la agricultura y la ganadería también estaban presentes,su explotación estaba mucho más dividida entre las clases sociales.
De esa manera, cuando Madero se presentaba en las comunidades a explicar los porqués de su lucha, los mineros sentían como suyas las razones pero básicamente por los llamados a hacerle justicia a los más desprotegidos.
Lo anterior sin descartar que en esa región habitaban muchos descendientes de ex militares que combatieron a los franceses formando parte de las tropas de Don Juan Bustamante quien fue jefe de operaciones de la zona que abarcaba San Luis Potosí, Zacatecas, Nuevo León y parte de Coahuila.
Esto último, nos presenta una situación muy diferente a la que en otras Entidades se manejaba, ya que la gente no tenia patrones ni se consideraba como dependiente de ninguna hacienda, lo que a decir de sus propios habitantes se reflejaba en sus ideas liberales. Ver. "Remembranzas Revolucionarias", de Matías Ramos Santos. pag. 7.
Por otra parte, Morelos y Chihuahua en forma alguna se manejaron por hacendados, ya que en Morelos puede afirmarse como dice Katz, el movimiento fue "puramente campesino" y como respuesta a la inhumana forma de tratar a los habitantes de parte de sus patrones.
Los aires de libertad ya se habían sentido en Morelos mucho antes de que Madero siquiera pensara en escribir sobre la sucesión presidencial. Estos campesinos intentaron apoyar a Patricio Leyva para Gobernador del Estado, pero la cercanía con el centro, las triquiñuelas del gobierno federal y los arreglos en lo "oscurito" como se diría ahora, evitaron que aquél llegara a la gubernatura.
Lo anterior derivó en brindar el apoyo a Madero, pero con un líder de Anenecuilco, que fue Emiliano Zapata.
Chihuahua representó el movimiento más fuerte al decir de Katz, Ver pag. 57 de su obra, ya que los hacendados de oposición en ese Estado prácticamente no existían, dado que Luis Terrazas había aglutinado en torno de él mismo a casi todos los terratenientes del mismo y mientras Díaz Mori fuera la cabeza del gobierno que respetaba sus canonjías, estaban dispuestos a apoyarlo.
Sin embargo, la clase media, los obreros y los campesinos de la zona lograron conjuntarse en torno de la figura de Don Abraham González quien fungía como representante del Partido Antirreeleccionista en el Estado.
Silvestre Terrazas pariente lejano de Luis, y opositor del clan Terrazas-Creel (Si, efectivamente pariente en linea recta de Santiago Creel, aspirante Panista a la Presidencia de la República en la actualidad), publicaba en ese entonces un periódico liberal (y tal vez el único del Estado), denominado " El Correo de Chihuahua" en el cuál se fomentaban las ideas revolucionarias.
Los campesinos de esta zona eran producto del mestizaje lo que evitó las grandes diferencias con los indios de la región, amén de que eran considerados por regla general como gente con recursos, esta combinación lograba que su unión en torno de un mismo ideal fuera más fácil de lograr.
Es en este escenario donde surge la figura de Francisco Villa, quien precedido de una fama de ladrón de ganado, si bien logró ganarse la simpatía de mucha gente de la región, nunca pudo hacer sentir a la gente el liderazgo propio de un Emiliano Zapata en el sur del país.
Finalmente, las condiciones infrahumanas que se mantenían en los Estados de Yucatán y Oaxaca, provocaron que a la menor provocación, la gente se uniera al movimiento armado, ya que estaba cansada de soportar los maltratos de hacendados tanto mexicanos como extranjeros, especialmente norteamericanos y españoles.
Jarr.
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