En la anterior entrega, me refería a las condiciones cambiantes que enfrentaba Porfirio Díaz Mori ante la ya descarada intervención norteamericana en nuestro País.
Sin aminorar la culpa que en ese proceso tuvo el propio Díaz, no podemos ignorar que, a su modo, intentó revertir el proceso.Desafortunadamente para el País, siguiendo una política de abrir las puertas a otros intereses extranjeros, como fue el caso de haber facilitado a empresarios ingleses, españoles y alemanes su intervención en sectores comerciales e industriales tan atractivos como la mineria, el potroleo y la agricultura.
No obstante lo anterior, se debe apuntar la marcada influencia norteamericana en la vida económica de nuestro país,que al igual que hoy en día, su aprovechamiento de las circunstancias obligaron a la postre al viejo general a dejar su puesto.
En esta ocasión mencionaré algunas de esas circunstancias como son, el hecho de que las clases privilegiadas del país ( clases medias para Katz), se vieron fuertemente afectadas por los enormes escándalos financieros en que se vieron inmersas algunas de las Instituciones financieras más poderosas de la nación, tal como sucedio con el Banco Minero de Chihuahua, el cuál pertenecía al grupo Terrazas poniendo en peligro los fondos que las clases pudientes podían haber acumulado a su sombra y que evidentemente colocaba a sus integrantes en una situación de incertidumbre inexplicable en un gobierno con más de 30 años de estabilidad.
El gobierno federal, no ayudo en nada a esa clase que si bien pudo hacer dinero, ahora reclamaba el apoyo de aquél, siendo que dicho gobierno les volteaba a ver con desdén.Lo anterior se puede afirmar ya que tales ahorradores (que no inversionistas), en lugar de recibir algún estímulo fiscal, solo lograron recibir un incremento cuando menos podían hacerle frente a la situación.
El regreso de muchísimos trabajadores de la frontera norte, fue un empujoncito más al debilitado régimen de Díaz, ya que solo en 1908, se calcula regresaron en un solo envión a Ciudad Juárez, más de 2000 trabajadores eventuales. Lo anterior fue aprovechado por los E.E.U.U. ya que el pasaje fue pagado por estos hasta llegar a México.
La recepción que puede catalogarse como extremadamente amistosa de parte del General Díaz hacia la persona del depuesto Presidente de Nicaragua José Santos Zelaya, aumentó considerablemente la visión de incomodidad norteamericana, ya que ellos habían intervenido directamente en sacar a Zelaya de la Presidencia, dada su política abiertamente antinorteamericana.
Finalmente otro gesto, al decir de Katz, que aumento la inquina estadounidense fue la negativa del Gobierno de Díaz de prorrogar el contrato de arrendamiento de una estación abastecedora de carbón para la marina norteramericana en Baja California.*
Más adelante seguiré comentando sobre este tema.
Jarr.
¨* Vease Daniel Cosío Villegas, obra "Historia Moderna de México, El Porfiriato".,Vol.7, primera parte,pp. 629,733 2a Parte, pp. 298, 320.
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