Es frecuente escuchar y leer en diversos foros y libros de texto que las causas que dieron origen a nuestro movimiento armado, fueron entre otras, el descontento generalizado de los mexicanos contra la opresión que durante más de treinta años ejerció Porfirio Díaz Mori (Nombre completo del Dictador).
La reiterada posición del viejo General a retirarse del cargo de Presidente de la República, no hizo más que derramar un vaso que hacía tiempo llegaba a su límite.
La innegable aspiración de muchos mexicanos para ocupar el puesto de Presidente era ya manifiesta y siempre encontró la puerta cerrada a sus intenciones no solo por parte de Díaz, sino que aquél denominado grupo de "Los Científicos" que constituían su gabinete así como por la cauda de gobernadores que se encargaba de maximizar la opresión de la mayoría de los mexicanos.Esta combinación puede decirse que constituyen las razones que inveteradamente se han aludido para justificar el inicio de la lucha armada.
Ahora podemos agregar algunas cuestiones adicionales que por regla general no aparecen en los libros de texto, y que se desconoce el porque esto es así.
Veamos, primero es incuestionable que el interés económico de algunos grupos nacionales y extranjeros, era mantener el "Estatuo Quo" que les representaba el régimen de Díaz. Dentro de estos, se pueden mencionar a los dueños de las haciendas henequeneras de la península de Yucatán, dada la combinación maquiavelica que traía consigo la producción a bajo costo del material y el feroz ánimo de lucro de compañías como lo era la Standar Oil para recibir a excelentes precios dicho material, claro, a costa de la vida de miles y miles de compatriotas que debían "trabajar" es esas haciendas a cambio de un misero salario que en la mayoría de las ocasiones ni siquiera veían, dados los altos precios de las mercancías que debían adquirir en las tiendas establecidas por los propios hacendados en sus localidades.(Véase "México Bárbaro" de John Kenneth Turner ed. Gernika pag 22). Baste recordar que el precio de la paca de henequén era de ocho centavos por libra, en tanto que el costo de producción no rebasaba el centavo por libra.
En ese orden de ideas, la opresión nos llegaba desde el extranjero y como no faltaban mexicanos que se prestaran para complementar el negocio, como fue el caso de esos hacendados yucatecos, la combinación explosiva estaba a la orden.
Sin embargo esto no queda aquí y más adelante en otra entrega comentaré otros elementos que me parecen fundamentales como causas del descontento.
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