El General Jacinto B. Treviño se desempeñaba en el año de 1916, como titular de la Tercera División del cuerpo del Ejército del Noreste, y de él dependía como uno de sus Generales de Brigada, Matias Ramos Santos, quien se encontraba, como ya he dicho, al frente de la Brigada llamada "El Rayo".
A continuación presento una de las acciones de guerra que se recogen en el libro de "Remembranzas Revolucionarias" (México. 1958), del propio General Ramos y que nos muestra una faceta sobre el trato y las pasiones que se desarrollaban por aquélla lucha.
"-Para mí, -repliqué- "Chalío es villista y por lo tanto el enemigo......
Entre los integrantes del grupo reconocí al General Chávez y por poco hacemos uso de nuestras armas al identificarme yo como carrancista y él como villista, si no es que oportunamente se aclaró que la noche anterior el General Rosalío Hernández, se había dirigido al General Jacinto B. Treviño en solicitud de amnistía, por lo que tanto él como sus fuerzas eran enemigos amnistiados.Sin que nosotros lo supiéramos, el General Rosalío Hernández había combatido a nuestro favor en "El Saucillo".
Con el fin de evitar alguna sorpresa, les indique a los del grupo que, si su actitud no era una "tanteada", se acercara el General Chávez a hablar conmigo. Así lo hizo de inmediato y, consecuentemente, la amnistía del General Hernández era cosa cierta.
Después de este incidente, continuamos hacia Santa Rosalía, a la que llegamos sin ninguna resistencia por parte del enemigo, que con anterioridad había evacuado esa plaza.
De Santa Rosalía, salí con toda la columna del general Treviño, hacia la Ciudad de Chihuahua, debiendo pasar antes por la Estación de Mapula. En la marcha me correspondió la retaguardia de la columna. Poco antes de llagar a nuestro destino, y debido a la distancia que nos separaba del grueso, mi Brigada siguió un camino distinto para entrar a la ciudad detrás del General Ignacio Ramos, que me precedía: El General Treviño lo hizo por la estación ferrocarrilera, en tanto que yo lo hice por el panteón. El mando había olvidado,en esta ocasión, dictar las medidas convenientes para mantener el contacto con sus unidades subordinadas.
En la Plaza de Chihuahua, Luis Herrera, hermano de Maclovio del mismo apellido, le pidió al General Treviño que le entregara al General Rosalío Hernández que, como era villista, era uno de los culpables de la muerte de su hermano: El General Hernández me informó la situación y, al mismo tiempo, me comunicó que "se iba" con el objeto de evitar dificultades. Durante mucho tiempo no volví a tener noticias de él, hasta que asumí el mando de la 5/a Jefatura de Operaciones Militares y me enteré que se encontraba en un rancho de su propiedad, en la plaza de Santa Rosalía, Chihuahua.
Poco tiempo permanecimos en Chihuahua, ya que se me ordenó cubrir el Sector de la Laguna, que comprendía San Pedro de las Colonias y Tlahualilo, en el Estado de Durango. Mi Cuartel General. quedó ubicado en la primera de dichas poblaciones. Al General Francisco González le correspondió cubrir un Sector que incluía Torreón , Viesca y Matamoros.
Para cumplir mejor mi misión, dividí a mi Brigada de tal forma que el 1/er Regimiento tendría su Matriz en Tlahualilo, en tanto que los restantes lo tendrían en San Pedro de las Colonias..
En la región de La Laguna incursionaban frecuentemente los villistas Canuto Pérez, Pablo Rodríguez y otros, contra los que combatí el 19 de febrero, en un lugar llamado Estancia Londres.
El 1/er Regimiento que estaba al mando del Teniente Coronel Dámaso Silva, poco antes había sorprendido a aquélla partida de villistas en la Hacienda de La Campana y, después de que le causó 33 bajas con sólo un pelotón, regresó a su matriz en Tlahualilo.El enemigo que se había reorganizado mientras tanto, contraatacó y alcanzó al 1/er Regimiento en su propia matriz. El Tte Cor. Silva se defendió bizarramente ante un enemigo superior en número y su resistencia se incrementó con las municiones que le llevó el General José Santos, buen compañero y amigo, quien al ver que la cosa no era tan grave regresó a su lugar de origen.
Con objeto de socorrer a mi comprometido Regimiento. salí de San Pedro de las Colonias en un autovía, conduciendo municiones, y por la tarde llegué al lugar en donde se defendía el 1/er Regimiento. El Tte. Cor. Silva estaba herido, pero continuó la lucha, no obstante mis órdenes para que se retirara hacia San Pedro de las Colonias.Al obscurecer se retiró el enemigo llevándose caballos y mulas, seguro de que no sería perseguido.
Inmediatamente organicé la persecución que no esperaban los villistas. Al obtener el informe de que estaban acampados en la Estancia Londres, planeé un ataque frontal con los mejores elementos de que disponía, en combinación con u ataque por la retaguardia. El enemigo dormía plácidamente en las orillas de un estanque cercano a la estancia y lo sorprendimos a las dos de la mañana.
De antemano había previsto que, por la obscuridad, era probable que el enemigo se revolviera con mis tropas y con ello se suscitara una confusión de incalculables consecuencias.Por eso antes de atacar, previne a mis fuerzas que nuestra contraseña sería la de "Montar en sus caballos", pero que tuvieran bien presente que, a continuación de esta orden, echarían pie a tierra, listos para hacer fuego. Los que quedaran montados después de este movimiento serían, sin lugar a dudas, de las fuerzas villistas.
Sucedió tal como lo había previsto. Al ser atacado por el frente y por la retaguardia, el enemigo se descontroló y al pretender huir se revolvió con mis tropas, pero nuestra contraseña los descubrió. En esta forma hicimos mas de 60 prisioneros, pero el "cabecilla" Canuto Reyes logró huir."
Es interesante como se desarrolla esta acción bélica y la forma en que se combinan acciones heroicas como la del Teniente Coronel Dámaso Silva, quien a pesar de encontrarse herido, decide mantenerse al frente de su Regimiento y seguir luchando contra las fuerzas villistas y la estrategia del General Ramos para sorprender a estos últimos y hacerlos prisioneros.
Aquí se empleó la astucia, la solidaridad, el valor y la lógica para alcanzar un objetivo que de otra suerte no podría haberse logrado. Todo ello, como dice mi abuelo en sus memorias " A pesar del valor e inteligencia mostrado por Villa en sus acciones".
Realmente se trató de batallas épicas en las que la imaginación y astucia de los contendientes inclinaba la balanza de uno y de otro lado en forma imprevista, y que finalmente favoreció a los carrancistas.
Jarr.
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